Chiang Mai te va a dejar con la boca abierta. Aprovecha al máximo tu visita y conoce más su cultura.
¿Te estás preguntando qué ver en Chiang Mai?
¡Empezamos!
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Chiang Mai, la rosa del norte
Esta ciudad conocida como la rosa del norte se ha hecho muy conocida entre los viajeros. Alberga los festivales de Yi Peng (festival de la cultura Lanna) y Loi Katrong que se celebran simultáneamente en la ciudad. Para aquellos que el nombre no os dice nada, en el festival de Yi Peng el cielo se colma de linternas de estilo Lanna lanzadas al aire. Este gesto simboliza la liberación de los infortunios del año anterior. Ahora ya caes y te van viniendo imágenes, ¿verdad? También se cree en el budismo tailandés que, si lanzas una linterna pidiendo un deseo, se cumplirá en el año venidero.
En la celebración de Loi Katrong el río, los canales incluso lagos, se llenan de pequeñas canastas hechas originariamente de hoja de banano y decoradas con palos de incienso, velas y flores. La tradición cuenta que de esta manera los tailandeses muestran respeto y agradecimiento a los dioses del agua. También, se desprenden de las desdichas formulando nuevos deseos y rezos que la cesta lleva consigo.
Nota: En Chiang Mai también se lanzan linternas al aire el último día del año en Tha Pae Gate que es la entrada principal de la muralla. Un acontecimiento que pude ver en primera persona.
Lo que más me gustó de Chiang Mai es sin duda, la zona de la ciudad dentro de la muralla. Si pudiera retroceder en el tiempo, no me hospedaría en Nimmanhaemin Road o más popularmente conocida como Nimman Road, la zona por excelencia de los nómadas digiatles. El ruido de los aviones es muy molesto debido a la proximidad del aeropuerto. La primera vez que visité la zona dentro de la muralla me encantó. Bueno, digo muralla pero en realidad son los restos de la muralla que protegían a esta ciudad fundada en 1296 como capital del imperio Lanna sucediendo a Chiang Rai.
Para que te hagas una idea, el cuadro que ves en el siguiente mapa son los restos de la muralla. Los círculos azules son dos de los templos que te menciono en este post. Te recomiendo que te hospedes dentro del cuadrado si cuentas con muy pocos días en Chiang Mai.
Aunque es bastante turística, me gustó mucho el ambiente de la calle Ratchadamnoen Rd que es una de las avenidas principales que llegan hasta Tha Pae Gate y donde, además, también tiene lugar el mercado nocturno de los domingos. En esta calle hay muchos puestos de comida, zumos, bares, restaurantes, tiendas locales, artesanales y un montón de cosas más. Todas las calles adyacentes a esta principal son una maravilla para perderte y callejear.
Y llegando ya al meollo de la cuestión; lo segundo que más me ha maravillado de esta ciudad es sin duda sus templos. Hay muchísimos, nada más y nada menos que más de 300. Los más especiales para mí fueron:
Wat Chedi Luang
Este templo es el más antiguo de la ciudad y que, además, albergó al famoso Buda de Esmeralda desde 1468 hasta 1552. Actualmente el Buda de Esmeralda (en realidad está hecho de jade, no esmeralda) se encuentra en el templo Wat Phra Kaew que está situado dentro del terreno del Gran Palacio de Bangkok.
Wat Phra That Doi Suthep
Es el más popular y turístico, pero es que verlo merece la pena y mucho. Se le conoce como Doi Suthep que es en realidad el nombre de la montaña donde se levantó este templo. Para acceder hay dos maneras de hacerlo:
- Subir un total de unos 306 peldaños custodiados por dos enormes nagas (serpientes)
- Usar el funicular situado donde los cajeros automáticos y que muchos turistas desconocen su existencia.
Presta atención a la historia que te voy a contar, seguro que te encanta.
Cuenta la leyenda que en el año 1300 un monje llamado Sumanaost tras un sueño visionario encontró una reliquia en Pang Cha. Esta reliquia era un hueso que decían pertenecía a Buda. Al parecer, el brillante hueso podía desaparecer y replicarse de manera misteriosa.
El monje tomó la reliquia y la llevó ante el rey Dhammaraja del reino de Sukhotai donde le esperaban para verla. Sin embargo, la reliquia permaneció imóvil sin mostrar nada peculiar. El rey dudó de su autenticidad y se la devolvió al monje.
Un tiempo más tarde, tras ser conocedor de lo sucedido, un rey llamado Nu Nanoe del reino Lanna mandó buscar al monje para reunirse. El monarca quería ver la reliquia y fue entonces cuando el hueso se quebró en dos fracciones. El rey conservó una de las piezas, pero con la más grande no sabía qué hacer. Al final, lo dejó en manos del destino. Colocó la pieza sobre el lomo de un elefante blanco que puso rumbo hacia la montaña de Doi Suthep. Cuando el animal llegó hizo sonar su trompa tres veces y tras dar el mismo número de vueltas se desplomó. El rey interpretó este hecho como una señal y mandó construir este templo. Bonita leyenda, ¿verdad?
En este templo, además, hay un mirador muy bonito para contemplar una panorámica de la ciudad de Chiang Mai y un puesto para comprar café. Por las mañanas, el lugar está muy concurrido y bajo mi punto de vista, visitarlo por la tarde es todo un acierto.
La primera vez que fui a Doi Suthep fue en la tarde. Era la hora de la última oración de los monjes. Los rayos de sol iban cayendo sobre la pagoda dorada del templo. Fue un momento místico, una experiencia que jamás había vivido antes. De pronto, toda la atmósfera se volvió de un tono dorado-anaranjado mientras sonaban en mis oídos las voces que al unísono oraban. Desde entonces, Tailandia siempre será un lugar especial para mí.
Wat Lok Molee
Para muchos viajeros pasa totalmente desapercibido, pero está muy cerca del canal que rodea a la ciudad amurallada. Detrás de este templo se encuentra un antiguo chedi que fue de los más altos de la ciudad. En este chedi tiene lugar un rito muy peculiar, pero no es el único. Una vez que tenéis el chedi situado delante de vosotros os preguntaréis para qué sirve la polea que llega hasta el Buda.
Como posiblemente ya te habrás fijado, los budistas (y más religiones) realizan un acto conocido como circunvalación. Consiste en caminar dando vueltas a un objeto de veneración que puede ser una estupa, una pagoda o una imagen de Buda. Este acto varía en el número, pero tres vueltas suele ser las veces que los budistas (en sentido de las agujas del reloj) rodean al objeto. Al rodearlo andando supone que Buda siempre queda en el centro de sus vidas. A la vez que los budistas andan tres vueltas, también oran, reflexionan y depositan en el chedi que alberga el Buda “metafóricamente hablando”, sus desdichas.
Pues bien, dicho esto, el siguiente paso y aquí es donde viene lo mágico del ritual es purificar y limpiar a Buda de todas aquellas desdichas. Para ello, se sirven de un caño de bambú donde vierten agua procedente de una pila y con la ayuda de una polea, lo van subiendo poco a poco hasta que lo derraman sobre la figura de Buda. Interesante, ¿cierto? Ahora si visitas este templo y ves todas esas cuerdas al menos, vas a entender la razón.
Wat Pha Lat
Se encuentra a las afueras de Chiang Mai y puedes acceder o bien realizando el trekking que conduce hasta él o con un vehículo. Este templo se sitúa en un lugar de ensueño. Rodeado de frondosos árboles, vegetación y cascadas, es el lugar idóneo para meditar.
Originariamente, era un lugar de descanso para los monjes que peregrinaban hacia el templo Doi Suthep en la cima de la montaña. En la actualidad esta pista sigue abierta para llegar al templo cruzando el bosque.
La leyenda cuenta que el elefante blanco que portaba la reliquia del hueso, en su camino hacia la montaña Doi Suthep, paró a descansar en este lugar. Tras la muerte del animal, además de la construcción de Wat Phra That Doi Suthep, el rey mandó edificar un templo en cada lugar donde el elefante se hubiera parado a descansar. Por eso, la existencia de este templo tan bonito.
Wat Pan Whaen
Es un templo muy pequeño y lo encontré de casualidad de camino al centro de la ciudad. Estaba totalmente vacío a diferencia de los demás templos por lo que puedes detenerte más tranquilamente y pasear a tu ritmo. Me pareció muy curioso el detalle de las cuatro caras de Buda en la parte superior del chedi.
En mi visita a Chiang Mai estos templos fueron los que más me sorprendieron. La lista se puede alargar mucho y he dejado fuera algunos muy bonitos también tales como Wat Chiang Man que es el más antiguo de la ciudad, Wat Suand Dok, Wat Umong o Wat Phra Chao Meng Rai entre otros.
Por cierto, si te estás preguntando qué es “Wat” porque aparece en todos los nombres, estás en lo cierto; significa templo en tailandés.
Chiang Mai es un lugar muy esotérico. Había tenido una sensación como mística parecida en mi viaje a Bali donde me sentía llena de serenidad y desasosiego todo el viaje. Estando en Chiang Mai me vino a la memoria esa misma sensación de espiritualidad y armonía plena conmigo misma y con el entorno. No sé si es por el Budismo, por el modo de vida de los tailandeses o por qué, pero estoy segura de que has o vas a experimentar una sensación parecida.
Espero que os haya despertado la curiosidad por visitar Chiang Mai.
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