Puede que estés pensando en dar el salto a Australia o que acabes de llegar y te encuentres un poco perdido. Sea el caso que sea, coge un snack, ponte cómodo y bienvenido a mi vida en Australia.
Tabla de Contenido
Las razones para ir al extranjero
La razones por la que me mudé al extranjero fueron:
- Aprender Inglés, ni más ni menos.
- Dar un paso más a nivel académico, es decir, estudiar en el extranjero para completar mi formación universitaria.
- Quería a mi vuelta ser más competente
- Vivir una aventura.
Esta serie de razones estaban continuamente revoloteando en mi cabeza y no sabía cómo gestionarlo. Una voz en mi interior gritaba por un cambio pero también, sentía miedo por no visualizar exactamente cómo sería mi futuro o si cometería un error.
Cómo enfrentar la decisión de ir al extranjero
Soy una persona que peco de la necesidad de tener todo bajo control.
No me gusta no saber cómo encajar los golpes y a veces, soy demasiado aprensiva por lo que me tomo las cosas muy a pecho. He aprendido con los años estando en Australia que, el destino es caprichoso y que no todo sale como uno espera. Hay que estar preparado para ello.
Mentalidad fuerte
Con esto quiero decir que, si decides ir al extranjero, las dificultades se van a presentar y vas a aprender a enfrentarlas con éxito.
Si decides ir solitario tus sentidos se van a agudizar más que nunca, esto está bien. Vas a sentir desconfianza porque estás en un entorno extraño el cual no conoces, pero eso te va a hacer ser más tolerante y adaptarte a los cambios.
Posiblemente tengas días en los que te sientas inseguro porque no eres capaz de expresarte o te da miedo abrirte al exterior sobre todo porque no dominas la lengua. No pasa nada. Aprender un idioma cuesta tiempo y como tú, cada día llegan muchos estudiantes así que puedes buscar grupos de apoyo o de intercambio de idiomas para empezar a soltarte un poco más.
La carencia del Inglés
Como muchos otros, vengo de la generación en donde las clases de Inglés en el colegio eran como tres horas a la semana y prácticamente todo lo que se enseñaba era gramática. Gracias a Dios, esto ya ha cambiado.
Ahora en la mayoría de colegios la mitad de las asignaturas se imparten en Inglés lo que hace que los estudiantes desde muy pequeños se familiaricen con él.
En el colegio el Inglés no se me daba muy bien. Pronto me quedé sin seguir con la Escuela de Idiomas. Iba aprobando con cincos raspados o seises la asignatura hasta que me gradué.
En cuarto de carrera tuve una asignatura anual que era precisamente Inglés en la que para superar la materia, tenía que hablar durante cinco minutos delante de la clase sobre un tema social que me interesara.
Me preparé una presentación en Power Point y me hice mis propios apuntes porque nunca había tenido una prueba oral de Inglés ante una audiencia.
Al principio, iba muy convencida de que podía hacerlo, bien pero en el momento en el que empecé a hablar me di cuenta de que no podía, estaba totalmente congelada.
Entendí entonces que no era capaz de hablar en Inglés y por ello, le dije en castellano a la profesora que me suspendiera y que me iba a septiembre con un examen escrito que es a lo que estaba acostumbrada.
A veces pensaba pero cómo voy a irme tan lejos si encima no sé hablar Inglés. Me voy a volver a España en dos semanas. Me voy a agobiar, me voy a quedar encerrada en casa, no voy a hacer amigos en fin, todo era un drama.
La realidad fue que mi nivel de Inglés mejoró mucho en los primeros meses en la escuela. Me propuse estudiar de verdad, leer y ver series en Inglés y además, empecé a hacer intercambios de idiomas con una chica de Brisbane que quería aprender castellano. También en algunas Iglesias o incluso en las bibliotecas se ofrecen clases de Inglés para estudiantes. Siempre hay recursos gratuitos a tu disposición.
Evidentemente no me volví bilingüe de la noche a la mañana pero con esa base que tenía sentía más confianza conmigo misma como para aplicar a otro tipo de trabajos, a socializarme más con la gente o a seguir una conversación con alguien de la calle que se interesaba por mi acento. Ya no sólo respondía: “I’m from Spain” si no que les contaba el tiempo que llevaba, cómo era mi ciudad o lo que más me gustaba de Brisbane.
Por qué Australia
Australia es un país exótico y un desconocido para muchos. Lo era hasta para mí. No sabía nada sobre él; la cultura, deporte nacional, mejores ciudades para vivir, carácter de la gente, nada.
En mi encrucijada sobre a dónde irme algunas de mis amigas más cercanas que ya entonces vivían en el extranjero, me ofrecieron su ayuda. Por mi mente paseaban ciudades como Londres, Edimburgo o Vancouver entre otras pero no me terminaban de convencer.
Además, por aquel entonces entrar a Canadá con una visa de estudiante no te permitía trabajar y consideraba que en Londres y Edimburgo ya hay mucha gente de España.
No fue hasta unas navidades cuando una conocida me empezó a hablar de la ciudad de Brisbane como un sitio genial para empezar esta aventura. Ella vivía en esta ciudad y las cosas le iban bien. Llegué a casa esa noche imaginando cómo sería Brisbane y tras hablar con mi madre sobre los pros y contras de quedarme en Europa o irme a la otra punta del mundo, tomé la decisión.
Ahora que ha pasado el tiempo, siendo franca diría que fue una decisión que debería de haber considerado más ya que Brisbane no me gustó tanto como creía. Me marché un poco a lo loco sin haber investigado mejor otras ciudades en Australia y ahora que vivo en Gold Coast, puedo decir que me gusta mucho más.
Pros de Australia
Australia es un país precioso. Su clima es estupendo y los paisajes que tiene con sus playas son de película. La calidad de vida de este país es muy alta y se nota.
Otro aspecto que nos favorece es que el sistema educativo de Australia ofrece muchas opciones formativas y de lo más variadas. Puedes desde estudiar un certificado de Surf hasta un doctorado en Economía.
Es un país de fácil acceso ya que puedes estudiar y trabajar (con una restricción de horas) simultáneamente, algo que es muy conveniente para los estudiantes para poder mantenerse.
La diversidad cultural de Australia es enorme ya que recibe mucha inmigración por lo que es un país multicultural. La influencia asiática es bastante notable por cercanía así que si te gusta la comida de Asia, vas a encontrar auténticas delicias culinarias.
Por lo general, las ciudades en Australia son bastante seguras con bajos niveles de criminalidad en comparación con otros países.
Y lo mejor de todo, el estilo de vida australiano es muy envidiable. Se basa sobre todo en actividades recreativas con la familia y los amigos. Es por ello, que por ejemplo, en todos los parques haya barbacoas de uso público hasta en las propias viviendas hay zonas habilitadas para ello en las terrazas del ático o en el jardín.
A los australianos les encanta practicar deportes acuáticos en su tiempo libre y estar en contacto con la naturaleza organizando por ejemplo, sesiones de yoga al aire libre o grupos de entrenamiento. Es una sociedad donde el deporte está muy presente.
Las zonas públicas están muy cuidadas y limpias además de que en los parques hay muchas facilidades para los niños. Otra cosa muy típica de Australia es que los fines de semana hay mercados al aire libre y actividades para hacer en familia.
Contras de Australia
Es obvio que la mayor desventaja es la distancia. A pesar de que hoy en día estamos comunicados los unos con los otros de manera ininterrumpida sin embargo, no estás a tiempo real en la mayoría de los acontecimientos o por la diferencia horaria vas a ser el último en contestar a tus conversaciones de WhatsApp.
Por otro lado, tienes Asia más accesible y más barato que volando desde España y pronto te sentirás muy tentado por planear un viaje al continente vecino.
Te vas a dar cuenta de que el Inglés de Australia es un poco complicado como para una primera toma de contacto porque usan mucho slang. En el colegio aprendí que todas las palabras en Inglés que terminaban en “er” se pronunciaban como se escribían “er” pero no. Aquí todo lo que acaba en “er” se pronuncia “a”. Por eso, si dices “water” nadie te va a dar un vaso de agua pero si dices “wata” entonces sí.
Si lo has pensado, estás en lo cierto. Australia es un país muy caro. A pesar de que como se dice, los sueldos van en proporción con el nivel de vida, sin embargo, la renta por ejemplo que es uno de los gastos más importantes, es bastante alta. Ir al cine, salir a comer o a cenar o tomarte una copa también se nota en el bolsillo. Todo lo que tiene que ver con el ocio es bastante caro.
Por otro lado, es cierto que al ser estudiante por ejemplo, pagas menos en transporte público y en algunos establecimientos. Cuando te matriculas en un curso, recibes una tarjeta o acreditación de estudiante para este tipo de cosas.
A priori, estas son las ventajas y desventajas más notables que pude apreciar durante mis primeros días en el país. En el siguiente post te voy a contar qué puedes tener en cuenta a la hora de elegir una ciudad en Australia.
Si tienes alguna duda no dudes en dejarme un comentario y estaré encantada de contestarte.
See you soon!
¡Me han entrado unas ganas de ir para allá! Me encanta como expresas lo que se siente al irse fuera. Aún recuerdo la primera vez que me fui a vivir lejos de casa, madre mía jajaja un abrazo! Me encanta esta sección y quiero más
Muchas gracias Elena! La verdad es que llevaba tiempo dándole vueltas a abrir esta sección y hoy me he lanzado. Un abrazo desde Australia!!
Cuando lo he visto la nueva sección en IG me he venido corriendo a leer ❤️
Cuando te vas a vivir fuera al principio estás como en una burbuja, es después cuando vas apreciando todas estas cosas que hoy cuentas y que se ven mejor desde la experiencia.
Creo que este tipo de post servirán de ayuda a mucha gente ?
Un abrazo!
Hola Paula!! Muchas gracias por el comentario. Espero poder transmitir mi experencia y hacer que otras personas se sientan identificadas. Un besazo!
Qué buen post Berta! Está claro que no es oro todo lo que reluce y seguro que hay mucha gente a la que le interesa mucho esta sección 🙂
Muchas gracias Carla!!!!