Los Ingratos

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Llegué a “Los Ingratos” de Pedro Simón por pura casualidad. En realidad, ya me había decidido por otra lectura y había leído las primeras páginas, pero encontré su sinopsis en Internet y, lo siguiente que recuerdo, es que ya lo había terminado.

Una historia que me ha encantado y que me ha hecho viajar a través de recuerdos, aunque fueran pocos o medio inventados, de una España que ya no existe pero que muchos guardamos en el corazón.

Los Ingratos

Pedro Simón consigue transportarte a un entorno rural de vidas sencillas, niños jugando en la era, y costumbres que hoy en día parecen sacadas de otro mundo. Todo está contado de una manera cercana y preciosa. Su estilo me ha gustado muchísimo: es sencillo pero muy cuidado, lleno de detalles que hacen que cada escena cobre vida.

Una de las cosas que más he disfrutado es la sensibilidad con la que el autor retrata esa época y a sus personajes. He reído en varios momentos (porque sí, el libro también tiene chispa en medio de toda la ternura) y en otros se me ha hecho un nudo en la garganta. Es de esas historias que te emocionan y que te invitan a sentir de manera genuina de la mano de sus personajes. Para mí, los tres personajes principales son Mercedes, la madre; David, el niño; y Émerita, su cuidadora. A pesar de la diferencia de edad y de los roles tan distintos que tienen, consigues ponerte en la piel de los tres y sentir compasión por ellos.

Sinopsis

1975. A un pueblo de esa España que empieza a vaciarse llega la nueva maestra con sus hijos. El más pequeño es David. La vida del niño consiste en ir a la era, desollarse las rodillas, asomarse a un pozo sin brocal y viajar cerrando los ojos en el ultramarinos. Hasta que llega una cuidadora a casa y sus vidas cambiarán para siempre. De Emérita, David aprenderá todo lo que hay que saber sobre las cicatrices del cuerpo y las heridas del alma. Gracias al chico, ella recuperará algo que creyó haber perdido hace mucho.

¿Qué me ha parecido el libro?

Lo voy a repetir muchas veces. Lo mejor de este libro han sido los personajes. Han sido un regalo. Desde el primer momento me conquistaron con su naturalidad y su humanidad. Son entrañables, reales, llenos de matices, y consiguen transmitirte todo su mundo interior. Entre ellos, no puedo dejar de mencionar sobre todo a Émerita, un personaje que no olvidaré fácilmente. Cada vez que la historia hacía un guiño a la palabra “mismamente” en los dictados que hacía, no podía evitar sonreír. Son estos pequeños detalles, los que hace que la narrativa sea excepcional.

Además, Emérita carga con su propia historia de vida dura y silenciosa. A lo largo de la novela, el autor consigue que la vayamos conociendo poco a poco, desvelando retazos de su pasado y dándonos las piezas necesarias para entender su forma de querer a David.

Pueblo en España
Pueblo en España

El protagonista

David es el único hijo varón en una familia donde las figuras femeninas (su madre Mercedes y sus hermanas) marcan el día a día. Su padre, ausente por motivos laborales, está casi siempre lejos, y esa distancia pesa más de lo que parece. David crece sin tenerlo cerca para hacerse preguntas o encontrar respuestas en esos momentos cruciales de la vida.

En su lugar, es Émerita, su cuidadora que se convierte en mucho más que eso, quien le acompaña en su crecimiento. Entre dictados, enseñanzas cotidianas y guiños de cariño sincero, Émerita, Mercedes y David entrelazan sus vidas en una historia que habla de amor y gratitud.

Ver crecer a David a lo largo de las páginas, lidiando con el “qué dirán” sus amigos, intentando esconder sus propios sentimientos de afecto a Emérita por vergüenza, resulta tierno y me causó un poco de pena.

Estilo narrativo

Aunque la historia está narrada principalmente desde la perspectiva de David, el niño, también hay momentos en los que Émerita toma la voz y nos cuenta su propia versión sobre lo que está viviendo junto a esta familia. Esta combinación de puntos de vista le da al relato una profundidad especial, permitiéndonos entender no solo el crecimiento y los sentimientos de David, sino también las heridas invisibles que Émerita lleva consigo.

Mientras leía “Los Ingratos”, no podía evitar pensar que esta historia merecería una adaptación a la pantalla. Tiene todo lo que hace falta para emocionar también a través del cine o de una buena serie: personajes potentes, escenarios con vida propia y una narración que respira nostalgia y belleza en cada página.

Y por supuesto, el final. Ha sido especialmente emotivo. Leí las últimas páginas dos veces. Sentí una mezcla de tristeza y ternura al tener que despedirme de todos. No podría haber tenido un cierre más bonito para una historia como esta.

“Los Ingratos” ha sido mi primer 5 estrellas de 2025.

Los Ingratos de Pedro Simón
Los Ingratos de Pedro Simón

¡Feliz lectura!

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